Fotografía de comida: Una guía para seducir a los que comen por los ojos

Que una foto sea capaz de capturar perfectamente la esencia de un plato puede ser la diferencia entre el éxito o el fracaso de la estrategia de marketing digital de un restaurante en redes sociales.

Las empresas como restaurantes, bares, tiendas de comida a domicilio, panaderías, supermercados o tiendas gourmet, son cada vez más conscientes de la necesidad de acercar sus productos al consumidor online de una forma atractiva.

Por eso es tan importante, si nos dedicamos a la fotografía de producto, asegurarnos de que la calidad de nuestras fotos de alimentos cumpla con los estándares que marcan nuestros clientes. Aunque, todo hay que decirlo, para tomar buenas fotografías de alimentos no es estrictamente necesario contar con los servicios de un fotógrafo profesional o hacerse con equipos fotográficos costosos. Se pueden conseguir fotografías de alimentos de aspecto (casi) profesional sabiendo usar, solo, una buena cámara de smartphone.

En el caso de la imagen de producto de alimentos, su vertiente creativa tiene un objetivo muy claro: provocar hambre en el comprador. Para presentar el producto de la forma más apetecible posible, son cuatro los pasos fundamentales a tener en cuenta:

1. La preparación

Para lograr un resultado inigualable, debemos pensar en ello desde mucho antes de la sesión de fotos. Es habitual olvidar la importancia de la planificación y la preparación del plato en cuestión. Siempre nos preocupamos más por las cuestiones relativas a la fotografía y la composición, cuando en realidad podemos sacar mucho partido del alimento en si mismo. Se trata de conseguir que la comida del plato sea apetecible a simple vista, ya que no podemos comerla ni olerla. Es decir, tenemos que captar el sabor y la textura de los alimentos mediante una única fotografía.

Debemos identificar qué elemento queremos destacar de nuestro plato y, a continuación, pensar en cómo podemos hacer que resalte. Si estamos realizando una fotografía de un chuletón a la parrilla, por ejemplo, nos aseguraremos de que las marcas sean bien visibles a simple vista. Este pequeño detalle, despertará el sentido del gusto de tus clientes, del mismo modo que la condensación de una cerveza nos recordará el refrescante botellín recién sacado del frigorífico.

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Asimismo, escoger la superficie adecuada puede ayudar al fotógrafo a potenciar ciertas características del producto. Decide cuál será tu fondo pensando en el mensaje que quieres transmitir. La madera y los manteles de picnic se acostumbran a relacionar con lo tradicional, mientras que los fondos neutros ayudan a resaltar la textura y evitan distracciones. Experimenta con diferentes gamas de colores y busca qué funciona mejor para ti.

2. La iluminación

Una buena iluminación es clave para enfatizar las texturas y el balance de color en la fotografía de alimentos. ¿Qué se debe tener en cuenta?

– Es recomendable que la iluminación principal venga de la parte trasera y/o lateral, ya que nos permite potenciar los volúmenes del plato. Esto es especialmente importante cuando fotografiamos muchas texturas e ingredientes, como en platos combinados, bocadillos y hamburguesas.

– Usa una luz suave y difusa, evitará las sombras ásperas que pueden ser desagradables.

– Cuida al máximo el resultado para conseguir una iluminación que imite la luz natural y que no haga parecer el alimento artificial. En este sentido, siempre debes evitar la iluminación frontal que omite los detalles.

3. La composición

Llega el momento de la composición y deberemos preguntarnos cómo queremos inmortalizar nuestra receta. Si bien el plano cenital es el más común, sobre todo cuando hablamos de redes sociales, también existen otras perspectivas y enfoques a tener en cuenta. Por ejemplo, el ángulo de 45 grados provoca cierta sensación de naturalidad, ya que se trata del punto de vista que adoptamos cuando nos disponemos a comer.

Como ya hemos comentado, lo más importante es potenciar las virtudes y fortalezas de nuestro plato, de manera que sus defectos queden bien disimulados. Es precisamente en base a este propósito que escogeremos uno u otro ángulo.

Para destacar ciertas partes del plato, el fotógrafo también puede usar la profundidad de campo. Es eficaz en la medida que la vista se centra en la parte más nítida de la imagen. Al optar por enfocar una zona concreta, estamos redirigiendo la mirada de nuestros clientes hacia ese mismo lugar. En este sentido, se trata de una herramienta muy útil a la hora de canalizar su atención.

 

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No dejes ningún detalle al azar. Como norma general, las tonalidades frías no son los más adecuados para los motivos culinarios. Los colores cálidos son los mejores para estimular el apetito, mientras que los verdes dan un toque orgánico a tus fotografías. Experimenta con diferentes opciones y seguro que encontrarás la mejor versión.

Aunque parezca exagerado, cuanto más meticulosa sea la planificación y la distribución, mayor será la probabilidad de acierto. Eso sí, recuerda siempre que las composiciones abarrotadas de elementos producen cierta sensación de caos y que no son agradables a la vista.

4. La edición

Es aconsejable no realizar muchas modificaciones en nuestras fotografías culinarias. Por delante de todo va la naturalidad, que el plato parezca real, y con este objetivo debemos descartar procesados agresivos o excesivamente contrastados. Aun así, debemos admitir que los pequeños detalles hacen la diferencia y ligeros retoques pueden ayudarnos a realzar el sabor del alimento que hemos fotografiado.

El brillo y el contraste permiten resaltar la diversidad de colores, luces y sombras, dando como resultado una imagen más llamativa. Del mismo modo, agregar un poco de saturación a una imagen de comida es una excelente manera de hacer que la imagen parezca aún más deliciosa, ya que aumenta la intensidad de los colores.

Por otro lado, la fase de edición es el momento de enmendar los errores cometidos durante las anteriores etapas. Las cámaras de fotografía modernas permiten ajustar el balance de blancos antes de tomar las fotografías, pero si no eres un experto, no temas. Prácticamente todos los programas de edición permiten corregirlo, con el objetivo de hacer la imagen más o menos cálida.

Busca tu inspiración y encuentra tu propio estilo

Con la llegada de las redes sociales, nos volvimos adictos a compartir nuestro día a día con nuestros seguidores. Pero de todas las tendencias habidas y por haber, la que más éxito ha tenido a lo largo del tiempo es la fotografía de comida. Probablemente Pinterest e Instagram son los lugares donde este tipo de fotografía ha arrasado con más virulencia, pero puedes encontrar este tipo de imágenes en prácticamente cualquier red social.

 

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